viernes, 26 de noviembre de 2010

CAPÍTULOS DE LA HISTORIA DE UN AMOR INVENTADO






                                     CAPÍTULOS DE LA  HISTORIA DE UN AMOR INVENTADO




                                                   Yo soy un sueño, un imposible,
                                                    Vano fantasma de niebla y luz,
                                                    Soy incorpórea, soy intangible,
                                                    No puedo amarte.
                                                                                -Ven, ven tú.
                                                                                                      (G.A. Bécquer)

                                                                                   
           












                                                               EL ENCUENTRO

                  I                                                             Creer que un cielo en un infierno cabe
                                                                                Dar la vida y el alma a un desengaño:
                                                                                Esto es amor, quien lo probó lo sabe.
                                                                                                             (Lope de Vega)
Recién salida de un sueño,
Del cuento de las noches de un burdel
Tus finas y ardientes manos,
Placer me ofrecen, fácil placer .
Por la magia de tu cuerpo enfebrecido
Te busco y ante ti sucumbo con ojos suplicantes
Como el obediente cachorro
Ante la tierna caricia de su amo.

Llenos de fiebre tuve mis labios

Que sonaban encima de tu piel.
La copa de mi vino he derramado
Por toda la geografía de un país extraño.
Vencido el tiempo y el espacio
Presiento en este cuarto
Donde mora el pecado sin descanso.
Pírrica victoria la de este púgil.
No es la furia ni la violencia quien me vencen,
Sino el amor, el paciente amor,
Aquel que esperar supo
El triste momento del encuentro
Y digo triste porque en llanto se derrama.
Solo con verte mi anhelo he satisfecho,
Se saciaron mis ojos de belleza.










                  II

Mar nos diluye en sus espumas
Y Sol nos alcanza y crea la luz
Con solo mirarnos de soslayo.




                           III
Contemplando tu desnudo cuerpo tendido en la cama

Como modelo desnuda por vez primera,
Sus encantos a otros ojos muestra,
Cubre sus ojos de vergüenza
Y el alma de belleza lisonjera.

Me llamas con las manos extendidas,
Aprisa acudo a la llamada;
El alma y la mente enajenadas
De tanta belleza aquí esparcida.

Déjame que un momento
Solitario contemple tu belleza
Para retenerla en mi pensamiento
                
Y que sea de mi alma la riqueza
Que un solo instante se disfruta
Como del paraíso la prohibida fruta.


                              IV


Eres tan fría conmigo y tan distante
Que el hielo a tu lado
Llama viva pareciera;
Y sin embargo, como el hielo y el fuego
Quemas.
Queman tus ojos el lugar donde se posan,
Queman tus manos la piel de mi cuerpo acariciada,
Tu boca vacía de besos quema.
Jamás te pedí un sueño para mi
Ni una alborada,
Jamás te suplique que me quisieras,
Pero yo te amo,
Te quiero como la noche quiere al día,
Como el ojo a la pupila.
Tú, y todas las cosas que como tú
Crecieron en mi entorno
Son las que me hicieron ser poeta.














                                                 LA REALIDAD DEL DESEO
                      I
Los ojos de Ague aunque más pequeños,
La nariz de Nessa;
El perfil de Sonia,
Las manos de Elena.
Las nalgas de Sol,
De Mar sus caderas;
El paso de Jessi
Y su sonrisa abierta.
Los muslos de cobre
De María Teresa.
Los pechos de Conchi
Y de Pilar su lacia melena
Partida en dos crenchas
Que cubren en parte su frente serena.
Los labios de Pepi, tan finos,
Y de Mari Jose su barbilla inquieta.
El sentimiento de ojos de mi hermana Paula,
La sonrisa de Irene, tan humilde y sincera;
En fin, ¡la mujer a secas!

                               
                     II

Un cuerpo de mujer  extendido
a mi lado, desnudo;
es solo un cuerpo inerme;
en deseo convierte mi mirada.

Las luces imitan las estrellas,
Fatuo resplandor que ciega a los poetas
En la noche iluminada

De nuevo a mi lado yaces,
Laxa pero en guardia,
Apagado el fuego de mi sexo
Y la furia de tu pecho incrementada.

Vomita, vomita el fuego draconiano que te invade,
Sale cual vértigo por tus pupilas,
Sacia tu furia en mi deseo
Y después marcha tranquila.






                     III
                                                              La turbia fijeza de mis ojos sobre ella permanece
                                                              Dando fe de aquel tiempo, memoria de la carne.
                                                                                                            (L.M. Panero)






                IV
El beso soñado

Dos filitas de palomas,
Blancas todas y al compás
Todas de igual estatura,
Todas de la misma edad;
En mi boca se posaron,
En su vuelo al reanudar
Una fragancia dejaron,
Delicia de menta, de mañana,
¡que alegría respirar!
















              V
Miedo me da pensar
Que no has de ser como imagino.
Mi mundo es ignorar
Cual de todos es el camino

Que hasta ti me ha de llevar.
Lo imposible es mi destino,
He de conformarme con llorar
Por mi absurdo desatino

Y en un pañuelo mis lágrimas enjugar.
Algún día la vuelta a la tortilla
Se ha de dar

Y el barco ha de arribar a la otra orilla.
Espero impaciente ese momento,
Con mi agonía. Mi fracaso y mis pensamientos.

                          
                         VI

No importa que calles
Aunque tu silencio sea enloquecedor
Pues así te imagino como a mi me gustas
Sin que me distraigas,
Imagino que en este amor es todo calma, quietud,
No hay tormenta, pasión, ni vehemencia,
No hay exigencias,
Su fluir es lento y murmurante
Como arroyo que nace en plena sierra
Y busca el mar,
Que es el morir decía Manrique.
Nos hallamos el uno frente al otro;
Antes, habías ido abandonando por la alcoba
Las escasas prendas con que te cubrías
Hasta completar la desnudez,
Y ahora, te me muestras los ojos escondiendo en la vergüenza
De sentirte observada.
Tu erotismo es máximo recién desnuda



Juro que estos días
He sentido el amor
Como nunca antes lo había echo;
No sé explicar por qué
Pero así ha sido.
Lo pienso ahora, tranquilamente,
Y tranquilamente me convenzo.
Jamás olvidaré
Aquellos momentos.







                                                LA AUSENCIA

                           I

Como los ojos a la oscuridad se hacen
Mi amor fue haciéndose a la noche....

                          II                                                              ¿Serás amor, un largo adiós
                                                                                          Que no se acaba?
                                                                                                                   (P. Salinas)

Hoy comienzo a escribir como quien llora

Como el que siente el corazón en lágrimas desecho
Y lánguido y cansado es su latir.
Suenan los días como la tarde
De largos paseos solitarios en que me arrastro
Por las frías avenidas de tu ausencia.
El boscaje desnudo esta de flores,
Las manos del otoño se llevaron su tiempo,
Y ahora, náufrago a sus expensas,
Lentamente lo irá desposeyendo de recuerdos,
Deshojando su memoria,
Hasta hacerlo varar en ese oscuro puerto del olvido.
Tus formas con el tiempo se difuminan,
Aunque a veces, como  rachas de bruma se presentan.
Es inmenso el dolor de saberte perdida
Pero siempre  recordada como alevosa cicatriz.
A gotas contadas llega el maná
Que sacia el apetito, ese recuerdo inerte,
De la inmensa soledad de nuestros días.
Abrazado a su almohada me hallo
Pataleando el imposible de tu vuelta.
Hundida la cabeza en el jergón de la nostalgia,
Me siento un desdichado,
Un juguete roto entre sus manos,
Esas manos que palpan el deseo,
La tierna lujuria que emanan los recuerdos.
Si esto es vida, muerte espero,
Porque esta prolongada decadencia
No ha sino alargar mi agonía, los sucios estertores
De un final predispuesto de antemano.
Un segundo en ti, la vida justifica,
Pero sin ti, la vida, de sentido carece.
Paciencia y esperanza en mi pecho anidan,
Pues aunque muero, espero.











                        III

Fue flor de un día
Lo que lento apuras.
En largo caminar confías
Si el esperado madurar

El fruto apetecido te traía
Pero no sabes que el catar
Antes de tiempo la alegría
En tristeza ha de tornar

Tórname de nuevo a la mañana fría
En que la ignorancia del amor
En rayos de luz se deshacía

Y no volveré a sentir dolor.
Poco a poco entrara el día
De nuevo hará calor.





























                                                          LA PERDICION




                       I.-Tentado


Si un día te sorprende el destino
Y a tus puertas muestra la manzana prohibida,
Cógela, piérdete y muere sabiendo
Que al menos tu vida mereció la pena

                   II.-Tu sonrisa en medio del tugurio


Dejaste fluir leve tu sonrisa a su libre albedrío,
Entre tanto murmullo, manantial sereno,
Mansedumbre que mi corazón inquieta
Y en vertiginosas pulsaciones convierte mi deseo.
Apenas te conozco
Pero es tan grande el amor que te profeso
Que en seña compartida
Convierto cualquier gesto,
Cualquier mirada perdida.
Me imagino siendo cómplices de un inventado secreto,
De una noche cualquiera,
De un estúpido cuento;
De una bonita historia de amor
Que como todas se plasme en un beso.


                                   III


La quiero porque la quiero,
Porque si, sin más,
Sin nada a que aferrarme.
La quiero porque no es mía,
Porque cada vez que besa, besa a otro
Y eso con más fuerza aún me hace quererla.



























               IV

¡Cuántas veces amor
te alcancé en sueños,
cuántas veces te quise
y tú no sabes!
¿Por qué cuando creo
que te he alcanzado me desengañas?


                                 















                                               ME SUENA A DESPEDIDA

                                 I

Devuélveme de nuevo a aquella noche,
Tan solo una vez más absurda vida,
Imploro, tan solo una vez más.
Tan solo aquella noche una vida merece.

                               II
Nuestra distancia es insalvable.
¿cómo podría decirte a gritos que te amo
sin que nada perturbara nuestras vidas?
¿por qué tus ojos
cuando por los míos se sienten acosados
me rechazan,
por qué no absorben mi mirada
y se embeben de ella,
se emborrachan de placer,
de dolor, de soledad y nostalgia?.


                            III

Has hurtado su brillo a la belleza,
Llenado de ilusión la magia de mi vida,
Y ahora, me pides que te olvide;
¿Quién después de descubierta
puede soslayar la poesía?

                             IV

Un adiós hondo, muy hondo, sufrido y callado,
Un adiós que me hiere
Y la razón me quiebra,
Ante tu alma impasible un adiós.
Con el suave gemido
Que el pañuelo produce en la despedida
Se me vuela mi flor,
Mi flor de Lleida, mi amor.
La encontré en un suspiro
La perdí en un lamento.
Si el destino quisiera y de nuevo buscara
En sus versos mi amor,
Otra vez su frente en mi hombro apoyara
Y su risa sintiera vívida, como la luz la flor,
Al diablo vendiera parte de mi alma,
Si no toda, por que ello ocurriera
Y de nuevo en sus brazos
Durmiera mi amor.










                                                         LA ULTIMA VEZ


Desnúdate
Y deja que esta noche
La luna te vista con su gasa de plata
Que tu oscura epidermis
Absorba su magia.
Los sueños tan solo la mente habitan.
Estate tranquila y mansa
Como los ojos del lago que de frente nos miran
Reflejando en sus aguas
Las frías palabras de una despedida.

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