viernes, 26 de noviembre de 2010

LA NOSTÁLGICA MIRADA DE LAS RUINAS





LA NOSTÁLGICA MIRADA DE LAS RUINAS



Para ti que llamas, a veces con insistencia,
a mis tibios recuerdos
hago yo estos versos,
cargados de melancolía,
de nostalgia de sueños de tiempos inmemoriales
que siguen persistiendo no sé por qué.

PAISAJES DE MI VIDA Y DE MI TIERRA

para la metáfora del pequeño museo “ El candil”

Todos estos trastos -yo incluido-
que dispersos encuentras por mi casa
es lo que de mis antepasados queda,
su memoria,
el vano intento de perdurar
que yo ansío trasladarles.
Viajero que hoy detienes tus pasos
ante esta humilde estancia
disfruta de cuanto ves
y piensa un pequeño instante
en los escasos medios
con que ellos construyeron tu futuro.
Aguza tu oído y escucha
el lejano rumor de sus latidos;
su tranquilidad no vulneres
y el lejano resplandor
que esta casa te ofrece de sus vidas respeta.




¿Sabes?, estoy cansado de esperar.
El gorrión, a saltitos, observa
y busca su alimento,
la gente pasa indiferente,
una multitud de murmullos fugaces
llegan casi imperceptibles a mi oído.
El sol calienta duramente mi cabeza,
las sombras amagan con caerse
suavemente entre mis brazos,
una joven, que rápido pasa,
me mira de soslayo.
El agua que esperamos nunca llega.
La gente me observa un poco extraña,
¿seré el loco del barrio?
                                     solamente soy un hombre perdido en el ocaso.



Se avino ya la tarde al tiempo,
derrotada,
Errante perdedor de ojos hundidos
y blanca cabellera lacia
sus cadenas por el mundo arrastra.
Las lágrimas del llanto huyen,
 de tristeza anegan el alma,
imposible tarea se hace contenerlas,
difícil simular tanto fracaso.
Se encoge el corazón,
se caen los brazos
y la cabeza esconde en el regazo
como can su apatía bostezando.



Muérdeme la noche en el costado,
el ruido del relente me traiciona.
Surge de la vida  la parodia
en esta triste hacienda ya arruinada.
Arruíname la vida esta parodia,
su frente arrebola cuanto toca
estallando en un torrente enaltecido
por la sangre de músicos ingenuos
que tocar quisieron la enhiesta sinfonía.
Brótame el arte entre los dedos,
tan torpes ya;
de acariciar tanta tragedia encallecidos,
de fustigar, tantas vidas para nada.


Quisiera ser un poeta, madre,
solo un humilde poeta,
para robarle a la luna
su manto negro con perlas
y escribir en un poema
mis sueños de plata y seda.

Solo un humilde poeta, madre, un poeta
para quitarle a la nieve
su hermosura blanca y quieta,
del arco-iris colgar
palabras de amor eternas
para cuanto más llueva
mejor poder verlas.








Manos que buscan otras manos-la unión la fuerza hace-
encuentran los mismos sentimientos,
la vida se hace más cómoda
y se estremecen los dedos.
Manos que labran la tierra,
manos que buscan deseo,
manos que escriben poemas
por fiel mandato del cielo.
Manos que van a la guerra
mientras otras se deshacen en un adiós lastimero
agitando al viento su alma
y sus confusos recuerdos.
Manos que los chiquillos emplean
en peleas de colegio;
manos quietas, rescatado,
las del corro patatero.
Mira mis ojos, coge mis manos,
leerás mi pensamiento
y sabrás por qué me he ido
a la busca de otros suelos.


PINTAN CANAS

En su lucha constante
contra el tiempo
la vida ha mitigado
los tristes avatares del fracaso.




Aún recorren tus sombras
los extraños recovecos de mi memoria.
Vivo por vosotros, amigos de la infancia,
¡ por vosotros!, compartiendo recuerdos,
suprimiendo distancias.
Vivo por vosotros, náufrago en este piélago,
con la muerte a cuestas, a seguir, obligado.
Ya no estamos todos,
algunos, los mejores, son parte del recuerdo,
se marchitaron a la vez que nuestras flores
adornándoles el pecho.
¡ Cómo os echo de menos!.
Ahora que la herida
debiera el tiempo haber curado,
el hálito del silencio
con su fúnebre canto mi vida cubre.
Qué veloz perdí
lo que  tanto tiempo ganar me costó.
A tanta ausencia no me acostumbro,
el dolor con el tiempo pasa,
pero olvidarse no puede,
¡ existiréis mientras yo viva!,
nadie al viento ve
pero sigiloso entre nosotros pasea,
es impalpable pero sentirse puede
y al contacto con cualquier forma
su presencia en música convierte.


PAISAJE CAMPESTRE

Hoy tus campos, de nuevo, recorrí,
anduve por tus caminos y veredas;
en el zurrón, a casa me he traído
el viejo aroma del cocido y de la siega.
Disfruté ante tus olivos
del prístino arte de la varea.
Soñando he percibido el canturreo
de los jornaleros subidos en las carretas,
bebido en tus fuentes,
inútilmente deseado a tus doncellas
y ahora, satisfecho contemplo
el resurgir de las flores en primavera



..........Esas cosas que no han fenecido,
algunas que en mi memoria aún siguen intactas
son las que me llevan de la mano
al niño que fui:
el olor a pan recién cocido en la mañana,
mis andanzas, en las obras, junto a Vicente “el albañil”
las desvencijadas puertas de la casa de la abuela,
donde nací;
el estrecho callejoncito donde vivía Javier..........
La inercia de los recuerdos y la cuesta
me guían hasta la plaza;
la pétrea fontana de los cuatro caños
me acerca al "pilar", al pilón de las mulas,
al subir y bajar de aquellas mujeres
lavando la ropa en la vieja tabla;
sus hinchadas manos, moradas del frío,
frotan mis recuerdos, estrujan el tiempo
y yo las observo como un tierno niño.
Sigo con la vista del agua el camino,
su pasar tranquilo de un pilar a otro,
uno enjabonado y turbio,
el otro puro y cristalino,
dispuesto a aclarar los sucios pecados
que las ropas guardan.
Aún creo oír la esquila lejana
de las vacas que a beber vinieron, metódicas,
bajando la calle una tras otra,
veo sus enormes ojos clavarse en el agua
y su áspera lengua jugar sosegada.
Son recuerdos tontos, más bien diría yo ¡idiotas!,
historias que a nadie importan;
¿por qué no recuerdo, como tantos otros,
historias de fútbol, de caza,
historias de vino, mujeres y coplas?





LA SIMETRÍA DEL VIAJE EN LOS ESPEJOS

Para mis hijas y mi hermano David

Viento fresco
que el tibio sudor deja marcado
en las tórridas tardes del estío;
cálido hogar
que nuestros cuerpos convoca
a congregarse en las gélidas noches de invierno
en torno a la hoguera que nuestras diferencias quema.
Un paso apenas nos separa
aunque media un abismo entre nosotros.
Si alguna vez la belleza contemplar pude
fue en vuestros ojos,
en esos ojos de felicidad colmados,
de vida rebosantes
y que ahora la  muerte que destilan me abruma .
Esta casa morirá sin su presencia,
sin el dulce resplandor de sus sonrisas.
Un extraño vacío – que sabe a despedida-
el paso del tiempo aloja en sus tabiques
en ese espacio que un día anegaban con su aroma
y ahora  el lejano eco de sus risas  inunda
con el perdido encanto de sus juegos.
La vida que hay en mi se perpetúa,
no existe el paso atrás,
todo es continuo.
Así pues, admitamos la derrota
que el tiempo nos inflige, sin demora,
y volvamos de nuevo la mirada a aquellos días,
enhiesto el pendón y la barbilla alzada,
la mano recta, penetrante la mirada.
Amor, con amor se paga,
con achaques y arrugas se pagan los años.
La imagen que nosotros le ofrecemos
el espejo nos devuelve.
Admitir  lo inexorable,
la suave telaraña que cualquier golpe
en el espejo marca.
Los años han curtido nuestras canas,
una nueva semilla mi lucha prosigue contra el tiempo,
eterno vencedor de esta batalla














EL  LIVIANO SUSURRO DEL TIEMPO




AQUÍ ANIDAN LAS SALAMANDRAS

Serpenteadora verticalidad
la que tus huesos mueve,
ágil y rápida;
entre estas ruinas
tus ojos destacan,
como los de la mujer que amo
la atención llaman.
Todo es triste, mucho dice,
todo son recuerdos
o fantasiosas historias de lo que fue.
no queda piedra sobre piedra
tan solo desmenuzados cascotes.
aquí la salamandra anida
y la lechuza su soledad cobija.
Me siento como nieve en la montaña
paseando por estos desvencijados rincones
que amenazan derrumbamiento,
son el símil de mi vida
poderosa y gallarda mientras se muestra
luego olvidada y caída,
Roma que un día Nerón quemara
por propio antojo,
existencia que se perdió
en los confines del tiempo.
Todo se acaba,
pero de lo que se acaba
siempre algo queda
aunque de la mayoría del mundo
sea ignorado


COSMOS

Donde la muerte habita
la vida de continuo mana,
la poderosa fuerza de su brazo
de la mano por el mundo nos pasea.
Ahí esta todo, y sin embargo,
poco vemos:
el presagio del vuelo del águila
su presa esperando,
los mares de deseo, que en silencio,
a nuestro lado vagan,
el lento fluir de nueva vida
sin que de ella, la mayoría,
conciencia tengamos.
El manantial del mar
en la tierra se encuentra;
los espacios de la muerte
la vida llenan.
Un día, aún muy lejano,
habrá el silencio de la estrella
y el color de la noche
correrá por las venas.


Ganas inmensas de crecer,
de absorber la vida,
de quemar los años de una vez por todas.
Sientes que desde que naciste
a vivir empezaste buscando la muerte,
el liviano susurro del tiempo que amenaza la vida
se deshace en tu oído,
tus huesos desploma en banales vivencias.
El hastío de los años
se apodera de ti, en los sueños te hunde
tu memoria enfangando de fugaces recuerdos.
El olvido de siglos
se presenta en la muerte con su traje de gala.
Sueñas con hombres que nunca existieron
y mujeres que moran solo  tu pensamiento,
y ahora mueres tranquilo
con el ansia quebrada por el sueño infinito.



Un año y otro año, y otro más
que en balde pasa.
Un muerto
no puede morir más veces.

Morir es cosa de todos,
vivir solo de unos pocos.
….Y así, vencerá la muerte
tu cuerpo quebrantado.
Pudrirá la carne, lentamente,
tus huesos postrando
en desigual combate.
Mas la vida
nunca vence en la disputa
pues muerte arrostra.
¿Ondeará, para siempre,
su bandera ,en lo alto de la almena,
la memoria?.
Solo somos una losa de mármol
con un nombre efímero grabado.



Cada día que empieza
es el primero de la vida que resta.
Amanece y tírome
como un suicida contra el mundo.
Sientes al doblar la esquina
que la muerte susurra a tu espalda:
-te has escapado.
El alma del cuerpo que muere
ante tus ojos pasea un instante fugaz.
La vida te sigue como un sueño macabro
pues contigo la muerte vive .
En aquella autopista
-amasijo de hierros, vidrios rotos-
esperanzas se quiebran, truncadas ilusiones
que con el alma hacia el olvido vuelan
mientras casi todo igual sigue
como si nada pasado hubiera,
como si nunca hubieras existido.
Solo habitas memoria, recuerdos, olvido,
fatuos momentos irrepetibles.
¿Por qué ponemos tan difícil todo?.
Vas buscando con ansia perfección,
saber cada día un poco más,
mejorar, a ratos, tu existencia.
Los años, como el saber,
siempre avanzando y mientras progresas
solo muerte encuentras,
solo muerte aquí y allá.
Moriré sin acostumbrarme
a ver pasar la muerte a cada instante.
El cupón ha caído
en la acera de enfrente;
en la radio escuchas los millones del bote
que han tocado en un pueblo.
A mí que de continuo la muerte me roza
y me sigue tan cerca el dinero fácil,
no siento zozobra ni espesa codicia;
solo quiero vivir para morir tranquilo
y sentir, con la copa en la mano,
que la vida es tan solo eso,
¡un golpe de suerte!.

REFLEJOS INFANTILES

Los versos de entonces,
su poesía infinita,
¿ no volveré a tenerlos?,
¿cómo sentir sus palabras,
otra vez su turbio eco?
¿cómo llegar, de nuevo,
a esos perdidos sueños?
Hurgar hondo en la memoria;
y aún así, se perdió el deseo.
Ahora vivo en otro mundo,
plasmado en un perdido espejo;
cada vez más profundo
se anuncia el reflejo.
Un gemido escucho
que aúlla eterno.
Ni la voluptuosidad de aquella mirada,
ni el roce de aquel tierno gesto
mi sed saciaron,
aquella edad perdida fue desierto.
Años infinitos que mueren
en la memoria de aquel cielo.
Una luz encendida
que aún brota en mis sueños,
se enreda en mi pecho
y aquel recuerdo se vuelve tormento.

La vida es solo eso,
huella deleble, despojos
que la muerte,
constantemente limitándonos
nos deja.
El rito de la costumbre se rompe,
no así los sentimientos,
con la fuerza de otra nueva.
Tus pasos, que al levantar los pies,
ya no son tuyos, no son nada,
son una sombra
cuya estela invisible te persigue;
es el tiempo que hasta ahogarnos
va ciñéndonos poco a poco.
El tiempo nuestros restos profana.
La muerte,
de frente, te mira a los ojos,
materia inocua te sientes,
vacío, nada, sueño que jamás existió.
Cada instante que pasa
has de intentarlo vivir eternamente.
Inmenso es el amor como un océano,
como la fantasía de un niño buscando juegos,
donde no hay amor no hay vida,
no hay memoria, no hay nada,
todo es cuento inventado
cuyo fin con la muerte deambula.





















LA LÁGRIMA ENCONTRADA

De rocío, una gota
alberga la grandeza de toda una mañana,
el destilar de la lluvia
capaz es de contener
todos los colores que  la luz emite,
una lágrima
ser portadora puede del reflejo de toda una vida;
una gota, una gota
tan pequeña y frágil como el ser
que la vida ostenta.


Aún no enciendas el candil,
deja un poco más que lo oscuro permanezca
no se despierten mis niñas
y sus sueños enmudezcan.
La noche quiebra el suspiro de todas las almas
¡quieta!,
no guardes en tu silencio
mariposas y azucenas;
vuela como el ángel negro
tras aquella muerte incierta
que aunque no marques su paso
jamás el tuyo ella deja.
Descorre ahora las cortinas,
que la luz las tinieblas disuelva;
lucirá el sol en sus ojos,
fulgentes como dos perlas,
y una sonrisa escondida
vendrá tras el alba inmensa.

Que deleite mirarte,
contemplar tu casa.
Desnúdate y deja
que la luna te vista con su gasa de plata
que la blanca epidermis de tu excelso cuerpo
absorba su magia
y lo oscuro con la luz se desvanezca.
Sumérgete despacio en sus aguas,
Deja que sus olas te transmitan la calma.
Deja abiertas las ventanas
para que en tu corazón se posen
las fauces de mi sueño. Brilla tu alma
como el sol de mediodía.
Descansa tu cuerpo
Y tu cabeza relaja,
Renueva tus fuerzas
Para quererme mañana





Cayó la tarde, su desidia la noche consigo arrastra,
su azabache mirada extiende.
Los astros de plata
relucen su orgullo mostrando
en la blanca helada.
Tras unos cristales,
en una ventana,
con la extraña magia que  destila
la luz apagada,
unos ojos miran no sabemos dónde
pues todo esta oscuro, ¡calla!,
no se asuste y esconda,
quiero contemplarla
y soñar que tras la cortina
pudiera besarla.


Y DECIR QUE LA QUIERO

El corte del  pelo
manipula el paisaje
mientras vuelan los sueños
viajando en su aroma,
me traslada hasta el puerto
donde un día muy lejano
partió mi velero
anclados dejando
mis sentimientos.


Y  decir que la quiero,
 Y decir que la quiero
como el canto del  viento
susurra en el cielo
palabras dormidas
entre tanto misterio,
decir que la quiero
traspasando fronteras
y rompiendo silencios.

decir que la quiero,
y decirlo tan fuerte
que el volver de su eco
viajando entre nubes
parezca el dios Trueno

decir que la quiero
mientras sus labios cubren
el calor de mis besos
y el párpado de sus ojos
cierro con mis dedos

Y soñar, y soñar que en mis manos
dormidos descansan sus desnudos pechos
y sus curvas perfectas
activan mi deseo.

Y morir, y morir en su arrullo,
y querernos a un tiempo
sin que “habite el olvido”
jamás nuestros cuerpos.






no me busques allí donde el dinero
sus dominios extiende,
pues aunque es necesario
a ningún sitio lleva.
Allí donde el cielo,
a costa de los curas,
engaña a tanta gente
no busques mi mirada.
Búscame en las sombras
de aquel pueblo muerto
donde el aire tibio
tiene olor a perro,
donde se confunden
realidad y sueño.




aún me acuerdo de aquel beso
que me diste como en broma
y que me puso tan serio
una noche de alboroto
y de palabras sin dueño..
siento algo desde entonces
que me quema como el fuego
de una demente pasión.
después otro beso,
ese que robamos,
que me supo a caramelo,
a golosina de infancia que aún perdura
en un rincón del recuerdo.
solo eso, el deseo, el deseo
de sentir entre tus brazos
la extraña magia del sexo.
aquel beso……
¡ cuánto lo echaré de menos!.





Recién salida de un sueño,
del cuento de las noches de un burdel.
Tus finas y ardientes manos
placer me ofrecen, fácil placer.
Por la magia de tu cuerpo enfebrecido
te busco con suplicante mirada
como el obediente cachorro
la tierna caricia de su amo.
“Llenos de fiebre tuve mis labios
que sonaban encima de tu piel”.
La copa de mi vino he derramado
por toda la geografía de un país extraño.
Vencido el tiempo y el espacio
presiento en este cuarto
donde el pecado sin descanso mora.
Pírrica victoria la de este púgil.
No es la furia ni la violencia quien me vencen,
sino el amor, el paciente amor,
aquel que esperar supo
el triste momento del encuentro
y digo triste porque en llanto se derrama.


la despensa del alma esta vacía,
pero que importa, ¡tenemos el dinero!.
el botín es grandioso
tenemos los bolsillos llenos,


soy feliz vagando errante
por la calle a solas,
sin rumbo,
el aire que viene del norte
extravía mis pasos.
estoy contento sin saber donde voy,
pues hoy de seguro voy donde yo quiero
no donde me llevan.
el murmullo de la vida escucho,
a gritos me llega como lamentos de angustia
como susurros de  contenida pasión.
pienso, con nostalgia atragantada,
en mis años jóvenes,
en mi  perdida inocencia,
en los años transcurridos,
entonces, la vida,
era una tortuga hermética
cuyo caparazón infranqueable
rechazaba toda usurpación
que viniera de fuera, de ese mundo egoísta
de intereses y edades.
Secretos ubicuos de otros tiempos
que a los ojos de frente nos miran
y mueren con nosotros.




LUCIA ( aquellos ojos tan alegres y vistosos)
bendita sea la luz
que a mis ojos permite
contemplar tu mirada;
Convexo azabache que alberga la luna llena;
extraño presagio que el alma embarga
en días de canto y pandereta.
Si alguna vez la belleza pude contemplar
fue en esos ojos, tan negros,
¡tan grandes, enormes!,
tan llenos de felicidad ¡colmados!.

Sencillamente en su hermosura contemplar,
en su llorar,
en el trágico resbalar de aquel infantil rocío
vivaz corriendo hacia el abismo
hacia el laberinto sinsentido de la vida.
Ni es triste su llorar
ni albergan expresión de desconsuelo..
Grande me siento
ante su inmensa oscuridad;
de una extraña belleza
mi pecho embriagan


.EL CAMPO DE BATALLA

TOLEDO
Los muros desdentados de la infancia
despeñándose al abismo,
tu poderío se desmorona perdida la batalla,
el imperio del tiempo asume su derrota,
sucumbe ante tu imagen,
y el río, ráfaga de agua,
de inmortalidad, pasea en sus aguas,
señorial, la grandeza en siglos superpuesta.

EL TRIPLE ASESINATO DE CEDILLO
Se me estremeció la carne
al contacto con aquel lugar
donde ahora la vida renace;
hace muchos años
la muerte pasó por estos lares,
aún se respira
en su aire campestre
la extraña suerte de un asesinato.
Tres monolitos
con viejas fotografías incrustadas
el lugar exacto del homicidio nos recuerdan;
el paso de los años
en lugar de recreo convirtió el escenario
renace la vida
en torno al fúnebre recuerdo.




EL ABUELO
El quinto es de donde los hombres
Se muerden los dedos, lloran y es inútil
                                                                                                                           (IGNACIO ALDECOA)


Pesa el pasado tanto o más
que el mármol de la muerte,
Lo arrastras por la vida
Como estela láctea que guía tu camino.
Pero aún entre las secas lágrimas
Que brotan de sus ojos,
De su semblante de Polifemo,
Contempla las estrellas,
Un pequeño resquicio de hermosura.
¿ podrá siquiera aún la muerte apagar
El fuego de su pena?
Bendita sea su ceguera, su llanto y su rabia
Esa rabia inútil que come a dentelladas
Como el objeto que cae entre sus manos.
Perdura silenciosa, el aire la transporta,
La mece entre las ramas,
La acerca a la fragancia de las flores,
La levanta en polvo.- polvo eres
Y en polvo has de convertirte-.
La hiela en invierno, la abrasa en verano,
En primavera renace y en otoño decrece.
Es la rabia que a vida sabe,
A sufrimiento, a dolor, a nueva savia.

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